No hay ninguna duda de que los subsidios son un componente muy fuerte del desastroso gobierno actual (Alberto Fernández) y fueron una pieza importante en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, y una pregunta muy frecuente que hacen los medios a referentes liberales es si los quitarían del sistema.
Primero debemos comprender que el gobierno utiliza el método “subsidios” como solución a un problema como es la pobreza. Solución que, en realidad, no soluciona ningún problema. Frase que se puede comprobar mirando los datos de pobreza actuales (45%).
Es una “solución” tan inservible y tan parecida como la de financiar el déficit fiscal con emisión monetaria, imprimo más dinero para financiar mis propios gastos, a la corta o a la larga, es inútil.
Segundo que los subsidios son una carta muy poderosa a la hora de obtener votos. Claro está que quien recibe ayuda social del gobierno y, además, no tener otras opciones de generar ingresos y no ser necesario tenerlas, más otras razones, puede inclinarse a votar por su “salvador”. Claramente esto es un problema, pues esta situación, primero, antes que nada, hace notar que el verdadero interés del gobierno, como lo fue en el de CFK, no es nada más que los votos.
Luego, que esta situación lleva al uso desmedido de éste método, por lo tanto, un gran porcentaje de gasto estatal, lo que conlleva a generar déficit fiscal.
Es fundamental entender como sociedad que la pobreza no se erradica con subsidios, sino con TRABAJO.
El gran problema es que, con la actual situación económica y con los grandes costos laborales, ¿de dónde se conseguirán esos puestos necesarios? Bueno, si no se consigue tomar medidas económicas que generen una mejora en la economía, esta tarea se verá muy difícil de lograr. De ambos temas claramente se deberá encargar el gobierno.
Personalmente, veo viable un tipo de proyecto que alcance a las personas que no tengan trabajo. Se basaría en puestos de trabajo generados por el estado; cabe aclarar que estos puestos tendrían un sentido, que verdaderamente generen un aporte que NO se tiene actualmente. Con estos trabajos, muchas personas tendrían un sueldo con el que pagar un alquiler, impuestos (reducidos anteriormente), educación para sus hijos/as, obra social, etc. No hay que ignorar el dato, que no es menor, de que muchas de estas personas desconocen la forma de administrar dinero, por eso es que se deberá formar un método de aconsejar y hasta formar a las perdonas en este sentido. Es un proyecto que “suena muy lindo”, pero llevará tiempo y se deben tomar decisiones correctas. Pero con esta iniciativa, el gasto público tendría un sentido.
No me siento “cómodo” con el sector público actual, menos con la enormidad con la que cuenta en Argentina, pero ante la pregunta '¿eliminarías el sector público?", respondería que no del todo, pero sí lo usaría responsablemente, que es, en mi opinión, para lo que sirve.
Volviendo a los subsidios, en cuanto a si los eliminaría totalmente, no.
Como dije antes, en este momento se está haciendo un uso muy irresponsable de este método o herramienta, y eso es lo que se debe regular. La ayuda social debe darse en un momento específico o como impulso, para demostrar que el estado te acompaña o no sos solo “alguien”. Por ejemplo, al ser despedido, un subsidio de un mes hasta que consiga un nuevo trabajo. Otra situación puede ser con el proyecto anterior, en el primer mes, una ayuda como impulso. Pero siempre manteniendo la coherencia.
Hablando de las personas que tienen alguna discapacidad y no pueden trabajar hay algo importante a recalcar. Hay trabajo para TODOS los tipos de personas y capacidades. De igual forma, sostener ese ideal y quedarse sin hacer nada es egoísta, porque, en algún punto, apuntamos a que dichas personas elijan el puesto que “hay” y no en el que realmente desean. Por esto, es que se debetrabajar en un proyecto que logre que todo el mundo pueda trabajar de lo que le guste. Lo que también es INCLUSIÓN.
Hay que dejar en claro que los subsidios empleados sin límites ni criterio, como se hizo desde el mandato de CFK, quitan muchos puntos de libertad. Volverse un dependiente del estado, de no poder progresar (puesto que vivir de subsidios no te deja progresar ni plantearte metas u objetivos) no es sinónimo de libertad. La única herramienta que permite progresar no sólo económica y culturalmente, sino ganar una gran libertad es la EDUCACIÓN y la formación. La persona que no la tiene, no tiene oportunidades, ni las sabe buscar. No sabe buscar trabajo, qué hacer en el mismo, cómo mantenerlo y cómo administrar el dinero. Ver una persona pidiendo dinero y que aparezca la típica frase “¿y por qué no busca un trabajo?” es muy común. Pero sin educación ¿cómo conseguir uno? Es por eso que la ayuda social del estado más fuerte debería ser la educación para quienes no la hayan recibido aún y para las futuras generaciones.
Cierto es que se necesita una reforma educativa urgente, donde los alumnos sean incentivados aprender y no estudiar de memoria y luego olvidar, con el único fin de obtener una buena nota. Y, también, donde se reconozca los profesores (debate aparte); y, además, amplificar el rango educativo, que llegue a TODO EL MUNDO. Es por eso que uno de los temas más urgentes es comenzar a trabajar en educación, junto con reactivar la economía y, junto con ello, fomentar el trabajo. No hay más tiempo que perder, no será fácil ni rápido, pero será muy importante largo plazo.